Antes de comenzar con su exposición, el funcionario explicó el papel de la OCDE: "Nuestra intención es la de prestar servicios de asesoramiento a los gobiernos a fin de que puedan examinar sus potenciales agrícolas en un contexto global y darles una imagen ampliada de la situación. De todos modos, nosotros no financiamos ni damos dinero a los países".
Tras la introducción, Ash declaró que el sector de la alimentación y la agricultura mundial va a seguir creciendo: "esperamos una demanda creciente, precios fuertes y el crecimiento de la inversión y el comercio", y aclaró que el sector va a hacer todo esto "con menos agua, sin más tierra disponible, con el problema del cambio climático y una población en constante aumento." Además, el Director de Comercio y Agricultura de la OCDE explicó que desde la organización intentan "mejorar el crecimiento de la productividad pero sin tener que usar más tierra, agua u otros recursos naturales, sino a través de la promoción de mayores inversiones en tecnología, educación y capacitación de manera que tanto los agricultores como los países puedan reducir las brechas de rendimiento".
Para finalizar, Ash se refirió a los límites que a su consideración representan las políticas de subsidios y explicó que en algunos países “los subsidios a la agricultura representan hasta 50 centavos por dolar cuando hemos notado que los países más productivos, en términos agrícolas, son aquellos que menos apoyo reciben. En los países de la OCDE las políticas son menos invasivas que en el resto del mundo. Hemos reducido los ingresos agrícolas brutos provenientes de las políticas de subsidios del 37% al 16%. Los altos niveles de subsidios a la agricultura son una práctica que debe terminar ya que en muchos casos conduce a un mal uso o desperdicio de los recursos naturales. Además, se trata de prácticas en las que los gobiernos son los que dictan lo que los agricultores deben producir en vez de brindarles libertad para decidir qué sembrar o cultivar”
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